Aunque nada de lo que vamos a contar tiene que ver con el motociclismo, queremos que sirva esta historia como homenaje a Ángel Nieto y a su superstición que le hacía hablar siempre de sus 12+1 títulos mundiales.
“Por muchas cosas que pasen en tu vida y muchos títulos que consigas, siempre tendrás muy presente tu primera victoria”. Así explicaba hace unos años Ángel Nieto lo que supuso su triunfo en el GP de Alemania de 1969.
Bueno, a lo que íbamos …
A lo largo de los años hemos trabajado con diversas empresas establecidas que necesitaban innovación, crecimiento y cambio, pero también lo hamos hecho con startups que necesitaban ayuda y recursos para llevar a buen término sus nuevas ideas.
Estas startups han ideado nuevos servicios, han desarrollado nuevas tecnologías, o han concebido nuevos comportamientos en nuevos mercados, y poseen gran energía e inspiración. Ahora lo que necesitan son las habilidades de diseñadores con talento, y el rigor de los procesos de diseño bien desarrollados.
Para estos emprendedores, actuamos como socios en su crecimiento. Desarrollando relaciones que permitan ayudarles a guiar su estrategia, diseñar sus productos y cumplir su hoja de ruta, a corto y largo plazo.
Pues bien, a lo largo de este trabajo hemos podido ver cómo hay una serie de errores que muchas de estas startups cometen y, aunque sobre esto hay mucha literatura, creemos que se trata de una visión distinta.
Errores Emocionales:
1. Empezar por la razón equivocada
Empezar un proyecto de empresa debe de estar asociado a lo que de verdad te apasiona. Emprender es algo muy duro y, si no apasiona, las probabilidades de que se acabe abandonando son muy altas.
2. La idea es lo más importante
La idea es sólo el detonante. Lo importante es el proyecto y cómo éste evoluciona. Cualquier parecido del plan original con el resultado del proyecto pasado un tiempo es pura coincidencia. Centrarse en cómo evoluciona el proyecto, sin agarrarte a la idea original.
3. Exceso de optimismo
La ilusión inicial hace que se piense que todo va a ir bien. Sin embargo, es mejor pensar que la cosa puede ir mal y saber anticiparse ante los posibles problemas. Saber gestionar bien es la tarea de saber anticiparse.
4. Falta de divergencia
No puede ser que todos los participantes tengan la misma visión sobre la idea original o sobre el futuro del proyecto. La participación en el equipo de roles de “advocatus diaboli” (abogados del diablo) resultar imprescindible para que alguien haga de Pepito Grillo.
5. Confundir los roles de socio fundador y de trabajador
Cuando se es accionista de una empresa se tienen unas tareas y responsabilidades muy concretas, y cuando se es trabajador otras distintas. Los problemas pueden venir cuando todo esto se mezcla y no se sabe separar bien los roles.
6. Miedo al fracaso
Hay muchas posibilidades de que el proyecto no llegue a buen puerto. Después de trabajar y sufrir mucho, es posible que no termine de funcionar. No tener miedo al fracaso y aprender de él, a veces se debe celebrar y ayudará a arrancar nuevas ideas. Después de este proyecto “fracasado” se tiene una experiencia impagable.
Errores Prácticos:
7. No diferenciar la estrategia de creación y la estrategia de negocio
No es lo mismo lo que se tiene que hacer cuando se está empezando que lo que se tendrá que hacer cuando el negocio alcance una cierta “velocidad de crucero”. Hay que saber pensar y manejar las dos estrategias a la vez. No es fácil.
8. Abordar el proceso en términos de ROI
Eso funcionaba hace muchos años, ahora el futuro es tremendamente impredecible. Se debe pensar en lugar de en “retorno de la inversión” en términos de “máxima pérdida asumible”. Ponerse en el peor escenario y ver si sería posible sobrevivir en esa situación.
9. No preocuparse por la caja
El maldito dinero. Siempre existe un desfase entre cuando se cobra y cuando se paga. Hay que recordar que en las empresas los gastos son ciertos y los ingresos son posibles. Hay que saber anticiparse a esta situación.
10. Trabajar para los inversores
Cuando tienes un proyecto y necesitas financiación puedes acabar haciendo lo que los inversores quieren. Aunque a veces resulte difícil y tentador, en los inicios de las rondas de financiación no dejar la mayoría en manos de inversores.
11. Copiar los casos de éxito
Que haya casos de éxito no quiere decir que en esos casos todo sea un éxito. Se suele tomar de referencia los casos de éxito tomando solamente una parte del problema. No confundir que algo haya funcionado con que ahora vaya a funcionar de la misma manera.
12. Querer hacerse rico
Si la motivación es hacerse rico, entonces es mejor jugar a la lotería. Tan sólo 1 de cada 10 millones de proyectos que se ponen en marcha consigue salir a bolsa, haciendo ricos a sus socios fundadores. Hay más posibilidades de que toque la lotería a que un proyecto acabe en una empresa que salga a bolsa.
Error Extra:
12+1. No valorar el diseño como estrategia empresarial
Tan sólo unos datos. Las grandes empresas de diseño (como Apple, Ford, Nike, Starbucks, Disney o Steelcase) han superado al índice S&P 500 en un 219%. Además, el 10% de las mejores 125 compañías de la reviste Fortune tienen puestos de diseño de nivel ejecutivo y de apoyo el CEO. No sólo eso, sino que startups como Airbnb, Instagram, Pinterest, Behance, Tumblr y SlideShare han tenido un éxito considerable gracias a la participación de diseñadores como cofundadores, y haciendo que las empresas de capital riesgo inviten a los diseñadores a sus propios equipos para fortalecer el espíritu de diseño de su cartera de empresas.